El Rastro de Madrid reabre este domingo entre críticas de los comerciantes por la organización y el aforo- Público 22/11/2020

El Rastro de Madrid reabre este domingo entre críticas de los comerciantes por la organización y el aforo

Tras ocho meses de cierre, el famoso mercadillo vuelve hoy a las calles de la capital con la mitad de los puestos y un aforo limitado. «Los puestos nuevos no estaban señalizados correctamente, hay una numeración cada diez», han censurado comerciantes del mercadillo.

Foto de archivo donde el público acude a El Rastro, en la calle Ribera de Curtidores. - EFE
Foto de archivo donde el público acude a El Rastro, en la calle Ribera de Curtidores.  Juan M. Espinosa / EFE

MADRID22/11/2020 11:52 ACTUALIZADO: 22/11/2020 16:41

AGENCIAS

Tras ocho meses sin abrir, el histórico mercadillo de El Rastro vuelve este domingo, 22 de noviembre, a las calles de La Latina con 500 puestos –la mitad del total– y un aforo máximo de 2.702 personas, que estará controlado por 150 agentes policiales y miembros de Protección Civil.

Han sido más de ocho meses de cierre desde que el pasado 12 de marzo se decretara su cierre y el del resto de mercadillos de la ciudad. Aunque el 20 de mayo se levantó la suspensión del funcionamiento de los mercadillos, de forma que cada distrito pudiera determinar las condiciones de reapertura, en el caso de El Rastro, un largo enfrentamiento entre los comerciantes de los puestos y la Junta de Distrito a cuenta de la ubicación de los tenderetes o el número de puestos, entre otras cuestiones, ha retrasado durante meses la vuelta del histórico mercado callejero.PUBLICIDAD

«Para hacer efectiva la reapertura de El Rastro en condiciones de seguridad y salubridad para todos, se han mantenido un total de diez reuniones con representantes de vecinos, comerciantes y vendedores ambulantes autorizados, de la zona de El Rastro», asegura el Boletín Oficial del Ayuntamiento. En esas reuniones se realizaron seis propuestas de reapertura de El Rastro, siendo finalmente la propuesta enviada el 17 de octubre la acordada sumando las modificaciones del día 23 del mismo mes.

Desde este domingo, para garantizar el cumplimiento de todas las condiciones de seguridad e higiénico-sanitarias contra la covid-19 los puestos –que tendrán que disponer de geles debidamente autorizados para el público– se repartirán entre la plaza de Cascorro (81 puestos); calle Ribera de Curtidores (190); plaza del General Vara del Rey (82); plaza Campillo del Mundo Nuevo (120); calle Carlos Arniches, entre las calles Mira el Río Alta y Carnero (16 puestos), y Mira el Río Baja, entre las calles Mira el Río Alta y Carnero (11 puestos).

Además se instalará cinta de balizamiento a lo largo del borde de la calzada para separar el funcionamiento de El Rastro con el libre movimiento de peatones por la acera, y se pide evitar la manipulación de los productos expuestos por parte de los clientes.

Un total de 150 efectivos de Policía Municipal y voluntarios de Protección Civil velarán por el cumplimiento de los aforos y las normas, apoyados por drones para la vigilancia, según dice el Ayuntamiento. El propio alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha celebrado esta semana la reapertura de El Rastro, «un motivo de alegría» al poder recuperar «una de las grandes señas de identidad» de la capital.

Alejandro, apostado en el acceso de la plaza de Cascorro y contando las personas que entran a través de una aplicación, explica sobre las 10:00 horas que «de momento todo se está controlando bien». «Estamos desde las 9:00 haciendo el control del aforo y han pasado como unas mil personas por este tramo. Está muy fluida la zona, y nada, muy bien, de momento manteniendo las distancias», dice y añade que estarán hasta las 15:00 «más o menos» numerando a quienes entran y salen.»Creo que la gente está deseando Rastro, han sido muchos meses y están deseando volvernos a ver»

A medida que ha avanzado la mañana, ha ido incrementándose la afluencia: «Pensaba que iba a ir peor y ya me he estrenado, así muy bien, hoy muy bien«, comenta Maite en uno de los 81 puestos de Cascorro. «Creo que la gente está deseando Rastro, han sido muchos meses y están deseando volvernos a ver, así que espero que sea buena (la jornada)», añade Maite, después de ocho meses «jodidos» en los que ha habido «mucha lucha» con manifestaciones prácticamente todos los domingos.

Descontento de comerciantes y vecinos

Los vendedores y comerciantes han mostrado su disconformidad con el sistema de organización de los puestos, así como con el control del aforo. De este modo, en declaraciones a Europa Press, la vicepresidenta y portavoz de la asociación El Rastro Punto Es, Mayka Torralbo, ha manifestado su indignación con los «problemas» que se han encontrado al inicio de la mañana cuando iban a instalar sus tenderetes. 

«Los puestos nuevos no estaban señalizados correctamente, hay una numeración cada diez, con lo cual ha habido dificultades para encontrar nuestras ubicaciones actuales», ha señalado. Además, ha apuntado «la mala señalización» de la colocación de estos, que en algunos casos se situaba sobre alcorques, en otros «las medidas no estaban adecuadas» al tamaño del puesto, e incluso se encontraban sobre la acera en lugar de estar en la calzada.»Ha habido dificultades para encontrar nuestras ubicaciones actuales»

Respecto al aforo y su control, Torralbo ha subrayado que se han encontrado con la prohibición de acceso desde la plaza de Cascorro hacia Rivera de Curtidores «sin que hubiese cartelería o señalización en la que se desviara a los clientes», algo que «no estaba previsto» en el proyecto de reapertura. «Teníamos un acuerdo donde el eje Cascorro con Curtidores era continuado. Tienen que tener un control del número de visitantes que entra en cada zona, pero en ningún caso se habló del que estaba prohibido el paso», ha recalcado.

En este sentido, ha puntualizado que desconocen el criterio de la Policía Municipal para controlar el acceso al Rastro ya que dependiendo de la zona a la que se quiera entrar «funciona de una manera u otra» y ha apuntado que han trasladado sus quejas a los agentes, quienes le han contestado que el sistema «es el que tenían previsto».

Ana, desde su puesto colindante con la calle de las Amazonas, rememora que un domingo cualquiera «tendríamos unos 100.000 visitantes«, y también se queja de que «no se ha cumplido» lo pactado. «Nos han encerrado con unas vallas y nos han hecho un corralito, con el que el público no puede circular de continuo», explica. El perjuicio es «para todos», porque «no se puede circular libremente». «Cualquiera que venga aquí, a los dos minutos se ha cansado de que le mareen, y coge y se marcha a su casa», declara.
«Cualquiera que venga aquí, a los dos minutos se ha cansado de que le mareen, y coge y se marcha a su casa»

Vecinos de la zona también han volcado en Twitter su malestar, y el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha utilizado la misma red para señalar que es una alegría que haya regresado el mercadillo para todos los madrileños. «Disfrutémoslo, pero con responsabilidad», ha pedido.

Geolocalización y drones

Respecto al sistema de geolocalización para ubicar los puestos a través de Internet, Torralbo no lo ha considerado efectivo ya que requiere conocer el antiguo o el nuevo número identificativo del puesto, información que muchos clientes desconocen y que ha provocado que estos tengan que buscar por el mercadillo ya que «todos» los tenderetes han sido «movidos de las ubicaciones anteriores».

Por su parte, el Ayuntamiento también mencionó el empleo de drones para controlar la afluencia en el recorrido del Rastro, sin embargo los vendedores han manifestado su desconocimiento respecto a si se han usado, y han sugerido que pueda ser «propaganda».

Presencia de representantes públicos

Durante la mañana, se han acercado a la plaza de Cascorro políticos de la oposición del Ayuntamiento de Madrid como la portavoz de Más Madrid en el Consistorio, Rita Maestre, junto a la concejal de este partido Marta Higueras, o el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero.

Desde la asociación El Rastro Punto Es, han agradecido su presencia y especialmente la de Más Madrid por propuestas en los plenos, aunque han sugerido que quizás estuviesen allí para «vender que son artífices de que El Rastro haya abierto» y ha remarcado que «los únicos responsables» de este hecho son los propios vendedores y comerciantes tras ocho meses «pasando muchas miserias».

Torralbo ha sostenido su deseo de que estas quejas sean recibidas por el Consistorio de la capital para que el próximo domingo se encuentren «soluciones y no más problemas», y ha apelado a la «voluntad política».

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El Rastro reabre entre críticas de los vendedores por la organización. ABC 22/11/2020

El mercadillo del Rastro ha reabierto tras ocho meses de inactividad a causa del Covi-19 y tras varios meses de discusiones con el Ayuntamiento de Madrid, con la mitad de los puestos y un aforo de 2.702 personas. Sus vendedores y comerciantes han mostrado su disconformidad con el sistema de organización de los puestos, así como con el control del aforo.

Reapertura del Rastro. El País 22/11/2020

Domingo de resurrección en el Rastro

El bullicio regresa a medio gas tras 37 semanas sin el emblemático mercadillo de la capital, que reabre con la mitad de puestos, el aforo limitado a 2.702 personas y un solo sentido para los visitantes

Reapertura de El Rastro tras el cierre en marzo por la pandemia de la covid, este domingo, 22 de noviembre.
Reapertura de El Rastro tras el cierre en marzo por la pandemia de la covid, este domingo, 22 de noviembre.VÍCTOR SAINZ

1LUIS DE VEGAMadrid – 22 NOV 2020 – 16:46 CET

El Rastro de Madrid ha cumplido una larga penitencia. No ha sido al tercer día, sino 37 semanas después, pero este domingo el Rastro ha resucitado. Revive mermado, solo con autorización para la mitad de su millar de puestos y un máximo de 2.702 personas a la vez. Sin tumultos queda claro que este mercadillo pierde parte importante de su personalidad. La frialdad no la ponen solo los cuatro grados que reciben a los visitantes más madrugadores. Alexia, llegada desde Getafe, quiere adquirir a toda costa un pantalón térmico. Está enfadada porque no da con él. Pero el ambiente, en general, es de satisfacción. Esto es mejor que nada, comentan tanto visitantes como trabajadores. Han tenido que pasar 258 días desde el pasado 8 de marzo, su último domingo antes del cierre. Los vendedores ambulantes se han liberado por fin de la pesada losa de la pandemia bajo la que han estado sepultados. Nadie recuerda un periodo tan prolongado sin que la capital pudiera acudir a rendir su culto dominical a las compras populares en este emblemático zoco.

El dispositivo para entrar al Rastro, el mercadillo madrileño que ha estado clausurado durante ocho meses.
El dispositivo para entrar al Rastro, el mercadillo madrileño que ha estado clausurado durante ocho meses.VÍCTOR SAINZ

Marcelo se prepara desde las ocho de la mañana en la cuesta de la Ribera de Curtidores, convertida estos meses en silente calle de la Amargura. Carga, como si fuera su cruz, con el armazón de hierros de su puesto de camisetas. Y arriba, el Calvario de la plaza de Cascorro, escenario en el que los vendedores ambulantes han mostrado estos meses su descontento manifestándose contra el poder de quien consideran el Poncio Pilatos municipal, el alcalde José Luis Martínez-Almeida. Este domingo, de nuevo, algunos han protestado ahí mismo porque se sienten traicionados en su vuelta al trabajo por el Ayuntamiento. Insisten en que, tras un conflicto de varios meses, no habían sido advertidos de que las calles eran para los visitantes de un solo sentido ni había carteles que lo indicaran.PUBLICIDAD

Marcelo Bouso, ajeno a polémicas, va poco a poco teniendo listo su tenderete cuando apenas son policías los que circulan por delante. Vende camisetas que él mismo diseña y serigrafía en El Tiemblo (Ávila), de donde ha salido a las 6.30. El nuevo lugar que le han asignado no está muy alejado del anterior y dice que no ha tenido problemas para localizarlo. Frente a él, aún continúan cerradas las míticas Galerías Piquer, sede de numerosos anticuarios. Todavía es temprano. Los vendedores consultados no se quejan de las nuevas ubicaciones. En estos meses de parón, Marcelo reconoce que ha hecho de todo: pintar chalés, poner vallas, mudanzas… Y algún concierto, pues también es percusionista en una orquesta de batucada.

“Anda que no hace años que no venía yo”, comenta una agente de la Policía Municipal en la esquina del bar Cascorro Uno, donde algunos de sus compañeros hacen una ronda de cafés antes de arrancar la jornada. “¿Cómo es lo de los dos metros por uno?”, pregunta uno de ellos refiriéndose a la dimensión de los puestos que impone el nuevo protocolo. En todos los cruces era fácil ver una nutrida presencia de uniformados. Decenas, arracimados por momentos. Forman parte del dispositivo de 150 agentes para controlar que se cumplen las restricciones. Maite de la Fuente, de 42 años, acaba de sacar de las cajas las tablillas que vende, mientras los policías le piden a su vecino de puesto que ocupe solo el espacio que tiene permitido. Ramón, ya jubilado, echa una mano a su hija: “Yo soy el suplente, solo salgo a jugar cuando me lo mandan”. “Lo mejor del Rastro es el público”, pregona esperanzado.“Vendo trastos viejos del género que tiene mi padre. A ver si saco 30 o 40 euros para dar de comer a los niños”PEDRO ESCUDERO, VENDEDOR

Vallas azules y cintas de plástico delimitan el nuevo Rastro. Por las aceras la circulación es libre. Por la calzada donde se encuentran los puestos, no. Es ahí donde se ha de cumplir el aforo. Miembros de Protección Civil se apuestan contador en mano en las zonas habilitadas para entrar –otras son para salir– y van dándole clic-clic al dedo cada vez que accede alguien.

El sol va caldeando la plaza Campillo del Nuevo Mundo, otro de los escenarios emblemáticos. Allí se ven ya los primeros trapicheos, regateos y tiras y aflojas entre compradores y vendedores. Javier González, un comerciante de 51 años que llega desde Tarancón (Cuenca), trata de cazar a un hombre interesado en un reloj de bolsillo. “200 euros”. “Bufff”, lanza por toda respuesta el potencial comprador. Medio segundo después Javier contraataca: “150. Mira si tiene los números verdes”, explica para resaltar su valor y belleza. Un puesto más allá, una escena similar. “Esto está retocado”, dice un cliente interesado por una figura del Niño Jesús. El posible trato empieza por 60 euros. La imagen va de unas manos a otras mientras el precio baja. Un corrillo de curiosos asiste al espectáculo. Esto, aunque mascarillas de por medio, ya se va pareciendo al Rastro de toda la vida.

Ambiente en El Rastro, este domingo.
Ambiente en El Rastro, este domingo.VÍCTOR SAINZ

Zumbido de drones

Las calles se han ido desperezando sin prisa. Se nota que les ha costado salir de la UCI. Primero se han asentado policías y vendedores. El ansiado comprador se lo toma con más calma. El goteo ha ido creciendo y ya a mediodía sí podía hablarse de cierto pulso recuperado. Nada que ver, eso sí, con las aglomeraciones habituales. Habituales del pasado, vamos. Este Rastro no parece ser ningún paraíso para carteristas y descuideros. Mucha vigilancia y mucha distancia. Antes de mediodía se siente sobre Cascorro el zumbido de uno de los drones que la Policía Municipal emplea para controlar el aforo. Mientras, uno de los responsables del dispositivo ordenaba a través de su walkie talkie cortar el paso por Ribera de Curtidores para que se descargara un poco la afluencia.

Un dron de vigilancia sobre el tradicional Rastro de Madrid este domingo. EFE / LUCA PIERGIOVANNI

En esa plaza una veintena de vendedores de la asociación el Rastro Punto Es gritan insatisfechos pancarta en mano. “¡Manos arriba, esto es un atraco!”, “Almeida, dimisión”. Su presidente, Lucio Gonzalo, Fini, explica que en lo acordado con el Consistorio para el regreso de la actividad no estaba el que las calles iban a ser de un solo sentido. La portavoz Mayka Torralbo acusa a Cibeles de “improvisar” porque “ni vendedores ni público saben a qué atenerse”. Los visitantes que llegan al Rastro por Cascorro son desviados por los policías de inmediato porque Ribera de Curtidores es solo de subida.

Ping, de 60 años, madrileño de origen chino con un restaurante en Alcalá de Henares, se pasea junto a su mujer, su hijo Tom y la novia de este. “Hoy primero día”, responde al ser preguntado por el motivo de su visita. Son de la provincia de Shaanxi, conocida por los famosos guerreros de terracota. Nada que ver con las figuritas de porcelana y otros cacharros que tienen delante en la mesa de Pedro Escudero, de 44 años. “Vendo trastos viejos del género que tiene mi padre”, reconoce este hombre que presenta estratégicamente colocado un pastillero con una imagen setentera en blanco y negro del Valle de los Caídos. “A ver si saco 30 o 40 euros para dar de comer a los niños”.

VARIOS MESES DE CONFLICTO PARA CERRAR UN ACUERDO

El Rastro vuelve con 500 puestos, es decir, la mitad de los que disponen de licencia. Se irán alternando cada semana. La zona que ocupa está también balizada, de tal forma que se permita la libre circulación de personas que desean deambular por la acera sin comprar o sin acceder a la zona de los puestos. Y, además, hay un aforo máximo para ese medio millar de tenderetes de 2.702 personas. El mercadillo ha de cumplir con todas las normas que impone el coronavirus de distanciamiento social, mascarilla, uso de gel así como de un dispositivo especial de 150 personas entre agentes de Policía Municipal y personal de Protección Civil. Por vez primera, y para conseguir que todo se desarrolle de acuerdo a esas restricciones, los agentes emplearán drones.

El del control de entrada y la delimitación del espacio, asumidos finalmente por las autoridades, han sido los dos últimos asuntos que han mantenido enfrentados a los vendedores ambulantes y al gobierno municipal. Se han celebrado en los últimos meses varias reuniones coordinadas desde la Junta del distrito Centro para tratar de firmar una paz que no ha sido fácil, como reconocen desde ambos lados. Los comerciantes se han manifestado varias veces desde que, el 30 de mayo, se permitió de nuevo organizar mercadillos. Una de ellas, la semana en la que se llegó a la entente final, fue delante del Congreso de los Diputados.

La distribución de los puestos de lo que el Consistorio denomina Rastro Covid es: Plaza de Cascorro, 81 puestos; Calle Ribera de Curtidores, 190; Plaza del General Vara del Rey, 82; Plaza del Campillo del Mundo Nuevo, 120; Calle Carlos Arniches, entre las calles Mira el Río Alta y Carnero, 16; Mira el Río Baja, entre las calles Mira el Río Alta y Carnero, 11 puestos. El Ayuntamiento ha prometido que en cuanto se supere la actual crisis sanitaria el Rastro volverá los domingos y festivos de la misma forma que lo hacía con anterioridad, es decir, con el millar de vendedores ambulantes recuperando su lugar de trabajo habitual.

https://elpais.com/espana/madrid/2020-11-22/domingo-de-resurreccion-en-el-rastro.html

El Rastro de Madrid vuelve a la vida
tras ocho meses de parón por la Covid-19. 20 Minutos 22/11/2020

  • Los vendedores, que han pedido insistido en pedir la reapertura, esperan que se subsanen las deficiencias que han visto, sobre todo en el control de aforos.

Este domingo ha sido más domingo en Madrid: ha vuelto el Rastro. Tras más de ocho meses cerrado, el popular mercadillo de la capital, que hunde sus raíces en el siglo XVIII, ha reabierto. Eso sí, lo ha hecho a medio gas debido a la crisis sanitaria por la Covid-19: se han montado la mitad de los puestos con licencia (500) y se ha limitado el aforo de clientes a 2.702 personas. La afluencia de público ha sido notable gracias a una mañana de temperaturas suaves y el acceso a la zona perimetrada se ha cerrado en varias ocasiones.¿Cuándo deja un enfermo de Covid-19 de ser contagioso tenga o no síntomas?

Han sido 150 agentes de la Policía Municipal y efectivos de Protección Civil quienes han controlado el acceso a las calles y plazas en las que se han repartido los puestos. Ribera de Curtidores, Cascorro, las plazas del General Vara de Rey y del Campillo del Mundo Nuevo… Los clientes y los curiosos han vuelto a transitar por los puntos neurálgicos del Rastro. 

El sistema para vigilar el aforo ha generado las críticas de los comerciantes del Rastro desde primera hora, ya que, según han denunciado en una rueda de prensa desde la plaza de Cascorro, no se han respetado algunas de las condiciones que se pactaron con el Ayuntamiento de Madrid, como un «eje articulador» entre Duque de Alba y la Ronda de Toledo y el perimetraje del Rastro en su totalidad, algo que los comerciantes consideraban más eficiente. 

«Nos hemos encontrado con un control de aforo improvisado (…) desconocemos cómo se ha hecho«, ha denunciado Mayka Torralbo, vicepresidenta y portavoz de la asociación ‘El Rastro punto es’. Los accesos no han sido la única queja de unos comerciantes que llevan meses exigiendo poder volver a montar sus puestos: también han advertido deficiencias en lo que a la localización de los puestos se refiere.

Torralbo ha apuntado que «todos» los puestos se han movido de sus emplazamientos originales en esta reapertura, pero cuando han llegado este domingo a primera hora a montar sus negocios se han encontrado con que los lugares no estaban correctamente identificados. «

«Los problemas que ha habido hoy tienen que servir para que esto se corrija de inmediato», ha advertido la portavoz de los comerciantes, que ha avanzado que este mismo lunes darán traslado de sus quejas al Consistorio. 

Las calles y plazas en las que habitualmente se ubica el Rastro se vallaron y efectivos de la Policía Municipal y de Protección Civil controlaron los accesos. También se desplegaron agentes en el interior del recorrido.

Así ha sido el primer día de Rastro tras ocho meses de parón

Los madrileños han respondido 

Los comerciantes han tenido palabras de agradecimiento hacia los madrileños que se han acercado este domingo hasta el centro de Madrid para participar de la vuelta del Rastro. La afluencia de público ha obligado a cerrar los accesos en varias ocasiones a lo largo de la mañana. 

Lo de las compras… ya ha sido otra cosa y ha ido por ‘barrios’, como todo. Algunos puestos daban por buena la caja de la mañana mientras que otros hablaban de una recaudación floja. Todos, en todo caso, destacaban que la buena noticia del día era la vuelta del Rastro al centro de la capital.