EL Rastro de Madrid tras 6 meses de su reapertura contado en EpiCentro ( 26-5-2021)

Tras un año de lucha

El Rastro no estuvo incluido en la suspensión de levantamiento de los mercadillos hace un año y la situación económica de sus puestos está muy perjudicada

El Rastro // Laura Ojeda

LAURA OJEDA y LAURA PEINADOR-16/05/2021

Hace un año, España se encontraba en plena desescalada. Una vuelta a la “nueva normalidad” progresiva llena de incertidumbre y dudas. El 20 de mayo, la Concejal Delegada del Área de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana emitió un decreto por el que se levantaba la suspensión del funcionamiento a los mercadillos. Luz verde a la reapertura de los mercados al aire libre para reactivar la economía en el que: “Los Ayuntamientos establecerán requisitos de distanciamiento entre puestos y condiciones de delimitación del mercado con el objetivo de garantizar la seguridad y distancia entre trabajadores, clientes y viandantes”. Sin embargo, los comerciantes del Rastro no recibieron respuesta de la concejalía para conocer las nuevas condiciones.

Un año después, tras 6 meses de apertura, el ambiente y la situación del Rastro no es la misma que antes. Algo que ha empeorado la economía de los comerciantes, que ansían que la vacunación siga a buen ritmo para volver a las condiciones de antes cuando la pandemia acabe. Cada domingo y festivo montan su puesto el 50% de los comerciantes, con restricciones de aforo y sin turistas, trabajando en dos turnos de dos semanas al mes, lo que tiene mucha repercusión en el bolsillo. A pesar de que ningún asociado ha renunciado a su puesto, hay algunos vendedores que ya no lo montan porque “no han podido remontar ni tienen para invertir y han tenido que buscarse la vida como pueden”, dice la portavoz de la Asociación El Rastro Punto Es, Mayka Torralbo.

Los puestos, los más afectados

Los puestos son los que peor lo están pasando, no solo se han visto condicionados a trabajar dos fines de semana sí y otros dos no, sino que además han visto el espacio reducido: “Esto es Rastro, esto es acera”, afirma el dueño de un puesto de abalorios. La división marcada por cintas de plástico muestran el recorrido con unos espacios de entrada y otros de salida, y entre medias, acentuando la separación y la distancia de seguridad, gran parte de la acera vacía, tanto de puestos como de personas.

Día lluvioso en El Rastro // Laura Ojeda

Que durante lo que llevamos de año haya predominado el mal tiempo también ha afectado bastante a los dueños de puestos del Rastro, pues con Filomena se vieron obligados a cerrar, y las lluvias y el aire del mes pasado, redujeron aún más el número de clientes que pudieron tener. “Está difícil, entre que llueve y nieva, viene poca gente. Se está vendiendo pero mal, en torno a un 50-60% de ventas menos”, nos confirma la dueña de un puesto de bolsas hechas a mano. Además, las vacaciones de Semana Santa fueron como si no existieran ya que fue “como un domingo cualquiera”, afirma el dueño de un puesto de “Crea jugando”.

Puesto de juguetes de madera @crea_jugando // Laura Ojeda
Puesto bolsas de tela // Laura Ojeda
Puesto de José Luis Gata // Laura Ojeda

Los que más lo han notado sobre todo son aquellos que viven única y exclusivamente de su puesto, como José Luis Gata, quien vive de su pintura y su puesto desde hace 4 años, y como él mismo nos cuenta, “El Rastro ha bajado bastante, sobre todo por el turismo. Además, con solo dos domingos y si las inclemencias del tiempo en esos días que vas a venir llueve, pues prácticamente el mes finaliza y estamos perdiendo”. Los que tienen otras fuentes de ingresos pueden decidir si poner o no su puesto, ya que como varios tenderos afirman, muchos de los que no colocan su puesto es porque no lo necesitan y es más una pérdida que una ganancia.

Las tiendas de alrededor también son Rastro

Otro grupo de afectados por el descenso de clientela del Rastro son los comercios situados en ese mismo lugar. Aunque como afirma Mayka Torralbo: “El poder de convocatoria lo tienen los puestos, no las tiendas”.

Pero estas también se benefician del tránsito que genera El Rastro los fines de semana y los festivos, incluso muchas de ellas, como las galerías o las tiendas de antigüedades es cuando normalmente abren, ya que llega más clientela. Por eso, estas también han notado mucho su descenso de ventas, como nos explica el dueño de la tienda Marihuana, situada en la Plaza Cascorro 6, que ha notado que solo vende la mitad que antes e incluso no cree que llegue a una cuarta parte de eso. Además, ha visto cómo casi el 30-40% de estas tiendas se han visto obligadas a cerrar con excepción de los bares que consiguen sobrevivir gracias a sus terrazas.

Tienda Marihuana en Plaza Cascorro 6 // Laura Ojeda

Entre estas tiendas que dependen del Rastro, las de antigüedades se han visto bastante afectadas ya que no acuden tantos coleccionistas a buscar productos como antes. Como cuenta Carlos, dueño de la tienda Benavente situada en la calle de la Ribera de Curtidores 29. “Es un poco complicado en este negocio, porque no hay una línea continua de ventas, son picos como montañas rusas. Hacemos un balance a finales de año y hacemos la media, pues en este negocio lo que hay es que pasan muchos días sin vender nada y cuando te encuentras maldiciendo tu suerte, a última hora llega alguien y te hace la venta del mes”. Otra cosa que ve que perjudica a tiendas parecidas a la suya son los alquileres, ya que mientras él no tiene que preocuparse de eso por ser suya la tienda, muchos alquilados tienen que pagar por ello cada mes hayan abierto o no, hayan vendido mucho o nada.

Y aunque pueda parecer que los puestos son los más perjudicados, las tiendas tampoco lo están llevando nada bien, como explica Carlos: “Antes de la pandemia yo tenía unos ingresos normales, para pagar mis impuestos, seguir invirtiendo en mi propio negocio y para llevar dinero a casa. Ahora me mantengo, con esto quiero decir que pago mis impuestos, la luz, el abrir día a día, pero no me da para sacar beneficios”.

Medio año reivindicando su importancia

Hasta 28 manifestaciones han protagonizado los comerciantes para recuperar sus puestos de trabajo. Nunca Madrid estuvo tanto tiempo sin uno de sus mayores símbolos, 8 meses en total desde que empezó el estado de alarma en marzo de 2020. Numerosas reuniones con el Ayuntamiento para proponer las medidas de la reapertura, problemas en la cesión de planos para estudiar las medidas y proyectos hechos por los propios comerciantes para que luego fueran rechazados. “Nos sentíamos discriminados”, afirma Mayka.

Cinco propuestas en total hasta llegar a un acuerdo. Las anteriores fueron rechazadas porque “desmantelaban El Rastro haciendo un mercadillo totalmente nuevo”. Una de las propuestas planteaba hacer 3 mercadillos, suprimiendo las zonas de Cascorro, la mitad de Ribera de Curtidores y la desaparición de Ronda de Toledo, con un 12% de los puestos. Otro proyecto planteó el 33% de los puestos, pero también fue rechazada por votación de las asociaciones.

El control del aforo fue uno de los puntos más problemáticos en los acuerdos. Cuando ya el Ayuntamiento accedió a que fueran el 50% de los puestos, la propuesta implicaba que el control del aforo lo hicieran los propios comerciantes o una empresa privada contratada por ellos. “Nosotros no somos quienes para decir a un visitante: ‘Oiga usted no puede pasar’. No somos autoridad”, explica Mayka Torralbo.

Dado que en las propuestas del Ayuntamientos no les daban acceso a los informes de salud. Los propios comerciantes se entrevistaron con el epidemiólogo del Instituto de Salud Carlos III y de la Asociación Madrileña de Salud Pública, Fernando García. Además de contactar con Raúl Varela Tena, experto en seguridad y emergencias, para que hiciera un proyecto. A pesar de que el alcalde, José Luís Martínez-Almeida, decía que El Rastro se podía abrir cuando ellos quisieran si aceptaban sus condiciones, los comerciantes no estaban de acuerdo. 

Mayka Torralbo afirma: “Nuestro deber es defender todos los puestos de trabajo, bastante nos hemos autorestringido decidiendo trabajar solamente una vez cada quince después de meses sin trabajar y arruinados totalmente, con gente desahuciada de sus viviendas, con un montón de deudas acumuladas como para que desmantelen este espacio colectivo de gestión pública”. Ya presentado su último proyecto con la colaboración de los expertos, la oposición votó en contra del Ayuntamiento y a favor de que se estudiara dicha propuesta.

Tras otras manifestaciones como la del Congreso de los Diputados, los comerciantes votan a favor de la quinta propuesta del Ayuntamiento excepto el punto sobre el control de aforo. Finalmente, se accede a que la Policía Municipal lleve el aforo y el 22 de noviembre abre El Rastro tras 8 meses de inactividad. El mercadillo más famoso de la capital vuelve a su actividad tras meses de lucha y el apoyo de comerciantes y ciudadanos. Un atractivo turístico con siglos de historia convertido en una tradición intergeneracional que hace que El Rastro sobreviva a los peores baches. De hecho, la portavoz de la asociación El Rastro Punto Es resalta: “Ahora viene un perfil sociológico diferente, viene muchísima gente temprano joven, cosa que antes no pasaba”.

Marcar el enlace permanente.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.